Como lo explica el Ingeniero químico Agustín López Munguía, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM de México, el cuerpo es una máquina consumidora “energéticamente costosa”. Explica que una persona adulta de 70kg de peso, necesita de al menos 1,500 calorías para permanecer 24 horas en cama acostado tan solo para que esa energía le permita respirar, pensar, hacer fluir la sangre por el organismo y filtrarla, digerir lo que come, reponer células muertas, pasar saliva, pestañear, etc. Cuando consumimos energía, buscamos reponerla de inmediato.
Actualmente el consumo de bebidas energéticas ha crecido, ello se debe a que tenemos la necesidad de “recuperar la energía perdida” y la ilusión de que nuestro cuerpo rinda más allá de nuestras capacidades reales. Los principales consumidores son: estudiantes en épocas de examen, profesionales agobiados por fechas límite, deportistas en busca de aumentar su rendimiento y jóvenes que quieren “alargar la fiesta”. Pese a lo que muchos piensan, la equivalencia entre tomar una lata de bebida energizante, con la mayor concentración de cafeína, y una taza regular de café es solamente de 2 a 1 (no de 10 a 1 como muchos sostienen).
Ahora, también surge en nosotros la pregunta:
¿Cuánta cafeína, es demasiada cafeína?
Bueno, la cantidad contenida en las bebidas energéticas se puede calcular fácilmente con las siguientes equivalencias según el estudio realizado: si tomamos un bebida energizante con 322mg de cafeína por lata, sería como tomar 2 tazas de café con 80mg de cafeína por taza, siendo las proporciones más altas registradas en productos energéticos sigue está dentro de lo permitido. Ahora, tomando las proporciones más bajas encontradas en el estudio si tomamos un bebida energizante con 44mg de cafeína por lata, sería como tomar 0.6 tazas de café con 80mg de cafeína por taza o 1.1 botellas de gaseosa, igualmente calculando envases de 355ml con 40mg de cafeína por envase. Las proporciones claramente no son disparatadas como muchos pensaban.
Las bebidas energéticas en su mayoría contienen:
Vitaminas del complejo B, Presentes en una amplia gama de alimentos desde verduras hasta cereales.
Cafeína: en realidad la cantidad de cafeína que aporta una bebida energética no es alarmante, como indicamos líneas arriba, es perfectamente comparable con la ingesta de una taza de café o dos gaseosas.
Taurina: el cuerpo lo necesita. Se trata de un uno de los aminoácidos más abundantes en los músculos y sistema nervioso. El ejercicio intenso lo disminuye, por lo que se adiciona en alimentos o suplementos alimenticios.
Aporte calórico (azúcar): las bebidas energéticas (a excepción de aquellas sin azúcar) contienen azúcares en forma de sacarosa o glucosa. Se ha comprobado que la glucosa adicionada a una pequeña cantidad de cafeína mejora el rendimiento cognitivo.
Como claramente apreciamos, las bebidas energéticas no son perjudiciales para la salud, en realidad como con cualquier alimento o bebida que contenga cafeína solo debemos mantenernos conscientes de la cantidad que consumimos a diario para evitar excesos.
Con la moderación en mente y debido a que las bebidas energéticas tienen un alto contenido de cafeína, EEUU y la UE han procedido a regular su etiquetado para advertir a los consumidores de su contenido. Si el contenido por presentación de una bebida es mayor a 150mg de cafeína, la etiqueta del producto debe indicar claramente “High caffeine content” (contenido alto en cafeína).
Sobre la idea de advertir a los consumidores, en México la Secretaría de la Salud ha presentado un anteproyecto de Norma Oficial Mexicana en el cual las bebidas adicionadas con cafeína deben incluir las siguientes leyendas “No consumir más de _ _ unidades al día” (considerando un ingesta máxima de 165mg de cafeína al día), “No se recomienda su consumo por: niños menores de 12 años, ni para personas sensibles a la cafeína” y “No mezclar o consumir junto con bebidas alcohólicas”.