viernes, 4 de marzo de 2016

Insuficiencia Renal Crónica: qué es y cómo la prevenimos

Es necesario saber sobre esta enfermedad, ya que afecta a muchas personas y hay muchas prácticas que podemos emplear para evitarla, como comer sano, hacer actividad física y tener controles médicos regulares.



La Dra. Natalia Bermejo Rubio, licenciada en la Universidad de Alcalá de Henares, España explica que la insuficiencia renal crónica es un deterioro progresivo del filtrado glomerular, es decir, la capacidad del riñón de filtrar la sangre.
Como consecuencia de este filtrado insuficiente, se produce una acumulación de sustancias nitrogenadas en la sangre, especialmente urea y sus derivados, y una elevación de la creatinina plasmática. Esta situación conlleva a lo que se conoce como uremia o síndrome urémico.
Las características del síndrome de insuficiencia renal crónica son: una función renal reducida, debido a la disminución en el número de nefronas (unidad funcional básica del riñón) y a un deterioro funcional del riñón. Si la disfunción renal se mantiene, tanto si esto es debido a un fallo de la irrigación del riñón, como a una lesión de los tejidos que lo forman, se puede desarrollar una insuficiencia renal crónica.
Las causas de la insuficiencia renal crónica son múltiples. En algunos casos se desconoce cuál es el mecanismo que ha dado origen a la insuficiencia renal, pero los factores que intervienen más frecuentemente en su aparición son:
Diabetes. Esta enfermedad puede provocar una alteración en los riñones que constituye la principal causa de fallo renal crónico.
Hipertensión arterial y alteraciones vasculares.
Dislipemias (altos niveles de colesterol o triglicéridos en la sangre).
Glomerulonefritis: desestructuración de una parte de la nefrona.
Enfermedades hereditarias que afecten al riñón como el síndrome de Alport o la poliquistosis renal.
Para evitar este mal es necesario prevenir y tratar todas aquellas afecciones que puedan provocar el daño renal. El control de la hipertensión arterial, con la medicación adecuada y unos hábitos de vida sanos (dieta equilibrada y sin sal, ejercicio físico regular y abstención de fumar) es fundamental, tanto para prevenir el desarrollo de patologías renales, como para evitar la progresión del daño renal cuando ya se ha presentado la enfermedad.
Se han suscitado algunas dudas sobre si las gaseosas son o no la causa de la insuficiencia renal. Esto no es cierto. El American Kidney Fund indica que el consumo de gaseosas no es dañino para el riñón si son consumidas con moderación.  La diabetes es la causa principal de la falla renal. Estudios científicos no han probado que las bebidas gaseosas incrementen efectivamente el riesgo de padecer una IRC.
El azúcar también genera miedos cuando de insuficiencia renal se trata. Mucha gente teme que por consumirlo pueda generarse un daño colateral. Sin embargo, se debe tener claro que muchos alimentos naturales que vemos como saludables” contienen azúcar y no nos harán daño siempre y cuando cuidemos nuestras cantidades y los consumamos con moderación. No solo debemos cuidarnos de alimentos y bebidas con azúcares añadidos, sino detodos en general y debemos además ayudar mediante actividad física que esta cantidad disminuya antes de llegar a nuestros riñones.
Para mantener en buen estado la salud de los riñones no es necesario dejar de consumir ciertos alimentos, sino más bien es importante seguir una dieta equilibrada, beber diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua y realizar ejercicio físico con regularidad. Está bien darse gustitos de vez en cuando, pero con moderación.

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