Se ha determinado que el uso de edulcorantes sin y con pocas calorías ayuda a reducir la ingesta total de calorías como parte de una dieta balanceada y combinada con actividad física regular; podemos gozar de buena salud sin preocuparnos por el peso o, en el caso de los diabéticos, de los niveles de glucosa en la sangre.
Estos productos no deben ser considerados una solución mágica a los problemas, pero si una herramienta que nos puede ayudar a sobrellevarlos.
1. Una de las características de estos productos es que, en su mayoría, la intensidad del dulce supera al del azúcar mismo.
2. Diversos estudios científicos constatan que estos productos no contribuyen a la formación de caries o desgaste de los dientes. Esto se da que no favorecen el crecimiento de las bacterias causantes de la caries dental.
3. Son de atractivo para aquellas personas que intentan reducir la ingesta calórica, ya que no aportan calorías adicionales y pueden ser utilizados como herramienta para perder peso con una dieta balanceada y actividad física regular. (Vale recalcar que el simple hecho de consumirlos no tiene una implicancia directa con la disminución del peso corporal, es decir, por sí mismo no nos hacen adelgazar, pero contribuye a esa meta al darnos la sensación de dulce sin sumar calorías a nuestra rutina diaria.)
4. Los endulzantes artificiales no elevan el azúcar en la sangre y gracias a que no contienen glucosa en su estructura molecular, pueden ser utilizados por personas que sufren de diabetes contribuyendo a su calidad de vida.
5. Para estos productos la FDA ha establecido unos parámetros de ingesta diaria aceptable ADI (aceptable daily intake) según cada tipo de edulcorante y esta es la máxima ración considerada segura para el consumo diario. La ingesta diaria permitida es alrededor de 100 veces menor a la ración que podría causar impactos en la salud.
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