
Una investigación de la Universidad de Montreal (Canadá) concluye que los niños que han sido expuestos al humo del tabaco en su entorno familiar durante la infancia tienden a tener una cintura más ancha y un índice de masa corporal (IMC) superior al que corresponde cuando tienen 10 años.
“A los 10 años, los niños que habían sido expuestos de forma intermitente o continua al humo del tabaco eran propensos a tener cinturas hasta 2 centímetros más anchas que sus compañeros. Y sus calificaciones de IMC tendían a estar entre 0,48 y 0,81 puntos más altas. Esta asociación prospectiva es casi tan grande como el tabaquismo durante el embarazo”, explica Linda Pagani, líder del estudio.
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