lunes, 16 de febrero de 2015

"No existen malo alimentos, sino malos hábitos"


El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantil no es sólo atribuible a la condición dietética, se debe en gran medida, a los cambios en los hábitos de conducta infantil que se han establecido en los últimos 20 años; los mismos que muestran una tendencia a la disminución de la actividad física; debido al aumento de las actividades recreativas de naturaleza sedentaria, a la evolución de los medios de comunicación y del transporte.

Hace 20 años, cuando nuestros niños pedían permiso para jugar significaba que saldrían a la calle a correr, saltar y realizar diferentes actividades físicas para luego regresar exhaustos, cenar y dormir. Hoy, en cambio, la realidad virtual ha superado a la vida real y son cada vez más los niños que prefieren jugar dentro de casa con aparatos electrónicos o viendo televisión. 

Algunos "opinólogos" han generado un debate tratando de determinar qué alimentos son adecuados para la salud y cuáles son nocivos, lo cual es un error de base ya que no existen los alimentos malos o buenos, el problema son las dietas desbalanceadas y el estilo de vida sedentario. No se puede culpar a un solo alimento, por ejemplo el azúcar, de los problemas de sobrepeso de la población.

El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles conexas son, en gran medida, prevenibles con información adecuada y cambios hacia estilos de vida más activos y saludables. Evitar el sedentarismo, aumentar la actividad física y mejorar nuestra dieta, es la clave para tener una vida saludable.

"La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantil es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico".

Fuente: Entorno Inteligente

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